El guía interno

El guía interno

Muchos me han preguntado por “el guía interno”: ¿Qué es?, ¿Cómo comunicarnos con él?, ¿Cómo funciona?.

También me han mencionado dificultades para encontrar las señales internas, por eso en este artículo resolveré a través de las palabras de Brigitte Champetier de Ribes estas dudas y os dejo un vídeo para poder comenzar a ponerlo en práctica.

¡Adelante!

Somos guiados

 

LOS DOS MOVIMIENTOS BIOLÓGICOS UNIVERSALES

 

En todos los seres vivos, la vida señala el camino de su desarrollo, directamente, en su biología.

Todas las células están animadas por dos movimientos que las avisan en cada momento de si están tomando la buena dirección para realizar su cometido. Estos avisos dirigen su supervivencia y les permite adoptar su actividad al nuevo entorno detectado.

Desde la ameba, nuestro mayor ancestro, todas las células de los seres vivos tienen dos movimientos base: Uno de expansión y otro de contracción.

(…)Estos dos movimientos se perciben en cada una de nuestras células: en todo momento estamos, o bien empujados hacia la vida y la realización de nuestro propósito, o bien frenados en cuanto se asoma un peligro para esa realización.

(…) El individuo es guiado a lo largo de toda su vida por diferentes vías: las sensaciones internas; las metáforas de todo tipo, que son el idioma del inconsciente; las sincronicidades; las múltiples intervenciones del “campo”- es decir, de la realidad misma- y, entre ellas, los conflictos externos. La libertad de la persona le permitirá seguir o rechazar las señales recibidas a cada instante.

(…) Nuestro guía nos indica cómo avanzar primero hacia la supervivencia y luego hacia la autonomía del adulto. Nos avisa cuando nos alejamos de las fuerzas del amor o cuando nos dejamos atrapar por la resonancia peligro de una compensación arcaica. Nos orienta a la realidad presente, nos reconduce hacia nosotros mismos y, desde nosotros mismo, nos lleva a los demás, al amor y la acción.

(…)La sensación interna, el guía.

 

Cuando el guía habla a través de nuestra biología, se expresa así: bienestar para luz verde o para darnos el beneplácito a lo que estamos haciendo y molestia para detenernos y cambiar el rumbo de lo que estábamos viviendo.

Podemos observar que a veces nos sentimos relajados, con amplia respiración, fuerza, seguridad total, sonrisa interior, comodidad interna, bienestar, sobre todo en el abdomen, con una sensación de caricia interna y de apertura confiada y segura, de estar en casa, en intimidad con uno mismo y con el entorno.

En ese momento, todas nuestras células nos dicen: “Vas bien”, “Sigue así”, “Sigue con ese pensamiento o ese acto”. Y, al elegir seguir en esa dirección es frecuente sentir una emoción, que calificaremos de metaemoción, como el amor, la reconciliación, la fuerza, la inclusión, el servicio, la alegría, la paz, etc.

En otras ocasiones, nos sentimos contraídos, angustiados, alerta, estresados, con alguna contractura o dolor y una respiración mínima. Nuestras células nos están diciendo: “No sigas”, “Por ahí no”,” Ese pensamiento, esa creencia, esa reacción o esa emoción, no”.

¡Aprender a reconocer estas señales es tener el mando de la sintonía con la vida! Y utilizarlas conscientemente es aprender a dejarse guiar por otro nivel.

Brigitte Champetier de Ribes.-Las fuerzas del amor-Pág.113-118.Ed Gaia 2017.

Enlace al vídeo: Pincha aquí.

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