Artículo: La exclusión de una persona en el sistema familiar siempre conlleva su inclusión

Artículo: La exclusión de una persona en el sistema familiar siempre conlleva su inclusión

Luis es un hombre alcohólico que siempre anda metido en problemas. Su familia lo ve como un desprestigio, una oveja negra, por lo que adopta una actitud de desprecio y rechazo hacia él. De este modo, Luis deja de participar en los encuentros familiares y pierde el contacto. Años después, su hijo e incluso su nieto siguen su destino, volviéndose alcohólicos como él. 
 

En esta ocasión, la familia tiene la oportunidad y la responsabilidad de solucionar eso que se viene repitiendo de generación en generación.

 
Observamos en constelaciones familiares que esté es el mecanismo que tiene el sistema familiar de incluir a un miembro de la familia que ha sido excluido y de solucionar además aquel conflicto de fondo que ha determinado su exclusión.
En las constelaciones, a veces se observa que una de las causas del alcoholismo y de las adicciones en general, se debe al desprecio de lo femenino sobre los masculino, muchas veces de forma inconsciente.
Siguiendo con el ejemplo de Luis, su mujer no permite a sus hijos acercarse demasiado a él para tratar de evitar que sigan su patrón de conducta. La esposa del hijo de Luis, que también es alcohólico, actúa del mismo modo por una especie de fidelidad inconsciente hacia las ancestras que han vivido a lo largo de varias generaciones emociones que afirman su creencia de que los hombres son despreciables por su mala conducta.
Por ejemplo, en los casos en que una mujer se queda embarazada y es abandonada por el padre de su hijo, o una mujer cuya pareja es ausente o una mujer que no permite que su ex pareja vea a su hijo porque lo considera malo para él, puede que estas mujeres emocionalmente y a nivel inconsciente hayan desarrollado un desprecio hacia los hombres, sintiéndose víctimas de estos y decidan rechazarlos en sus vidas, como forma de sobre vivir ante el dolor de está perdida.Incluso generando creencias que justifiquen los hechos y las reafirmen como que «todos los hombres son iguales», o «no se puede fiar uno de los hombres», etc.
Esto ocasiona que su hijo se vea en el dilema de elegir entre mamá o papá y elija a mamá para poder sobrevivir, despreciando a papá de la misma forma que lo hace mamá, lo que supone rechazar una parte de él mismo.
Sin embargo, esto es imposible y con el tiempo decide ser igual de despreciable que su padre para que de alguna forma pueda estar con él y cae en la misma adicción, ya que inconscientemente elige el camino de rebeldía siendo igual que su padre por su conexión biológica.
De esta forma a nivel inconsciente se siente completo tiene a mamá porque rechaza a papá y tiene a papá porque es tan despreciable como lo es él.
En este círculo vicioso, lo único que puede evitar que se repitan estos patrones es el cambio de consciencia y de mirada dejando de lado el juicio, pudiendo incluir a ese ancestro excluido y respetando lo masculino, renunciando a nuestras creencias, tomando conciencia de que somos la unión de nuestro padres o si lo queremos ver desde otro punto de vista somos la unión de dos energías: masculina y femenina por igual.
Por suerte, con que un solo miembro del sistema incluya a ese excluido y, en este caso, a la figura masculina, bastará para acabar con el conflicto que ha ido pasando de generación en generación, liberando así de la exclusión tanto al último manifestante de ellas como al ancestro y por resonancia todo el sistema familiar se sana.
Esto no significa que deje de existir alcohólicos en la familia, sino que se abre una puerta a la solución del conflicto en la cual si el desencadenante es el mismo se podrá sanar y sino ayudará a que se sane por lo menos en lo que se refiere a nivel sistémico. Luego esta el trabajo individual de cada uno de actuar y de elegir lo que queremos para nuestra vida.

Aceptar el pasado tal y como fue y dejarlo atrás, cerrando para siempre ese capítulo, es el primer paso del proceso de sanación. Tenemos que afrontar lo ocurrido y pensar en que esas vivencias nos han hecho ser la persona que somos hoy. También debemos tomar conciencia de que somos el resultado de la unión de nuestros padres, una energía masculina y una femenina, y rechazar a una de las partes implica rechazarnos a nosotros mismos.

Recuerda que cada persona que rechazas en tu vida hará que aparezca otra con la misma necesidad de inclusión. Debemos tener claro que el sistema no permite que existan excluidos de forma definitiva y siempre halla la forma de incluir de nuevo, por lo que todo lo que resistes en la vida volverá con mayor fuerza. Esto sucede porque la energía no se crea, ni se destruye, solo se transforma. Ahí donde pones tu atención estás colocando tu energía. Por ello, es importante ser consciente de nuestros pensamientos, dejar el juicio de lado, aceptando a todos como son.

 

Por Alejandra Domínguez Huertas

5 Comentarios
  • Pino
    Publicado a las 09:20h, 04 noviembre Responder

    Muy interesada en tema inclusión. Gracias

    • Alejandra Domínguez Huertas
      Publicado a las 18:26h, 06 noviembre Responder

      Gracias Pino, es muy interesante, pues estamos todo el tiempo generando excluidos sin tomar consciencia, a la vez de que otros también nos excluyen y es un círculo vicioso que depende de nosotros comenzar a transformar en aceptación e inclusión. Muchas gracias por tu comentario, nos vemos en el próximo taller de constelaciones.
      Un abrazo

  • Ana Lucia Sierra
    Publicado a las 16:33h, 07 marzo Responder

    Muy interesante , me interesa

    • Alejandra Domínguez Huertas
      Publicado a las 19:26h, 07 marzo Responder

      Hola Ana Lucia, no me llego bien el mensaje, creo que me comentas que se trata de un familiar que es drogadicto. Aquí lo que ayuda mucho es comprender que está atrapado al servicio del destino colectivo de forma totalmente inconsciente, es tan gran su amor a los excluidos que su movimiento es «yo como tú» soy excluido, soy despreciado. Le ayudará mucho que puedas hacer una visualización viendo a sus padres detrás, es su hombro derecho visualizar a su Padre y en el hombro izquierdo visualizar a su Madre, y verlos juntos. Como cuando vemos una fruta, por ejemplo una manzana que surge de un manzano y es la unión de lo masculino y lo femenino.

  • Ana Lucia Sierra
    Publicado a las 16:34h, 07 marzo Responder

    Me interesa

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